Una Isla de cubanos

Por Naylis Barrientos Matos
Cada país es un universo

Dentro del universo

Un hervidero de sueños y herencias

De quejas y sugerencias

Así reza Cada país, una canción del popular dúo cubano Buena Fe que como la mayoría de sus letras se aproxima a las complejidades de la Ínsula; por esos caminos de raíces, transformaciones, críticas y creaciones andamos los cubanos hoy.

Los retos de esta sociedad son innumerables. Envueltos en medio de un complejo panorama nacional e internacional, comprender todos los vericuetos de la Isla resulta difícil.

Vaticinar el futuro es un acertijo para el que muchos cubanos nos auguramos las mejores respuestas- al menos aquellas que desde el Socialismo abogan por una sociedad mejor, fruto del esfuerzo colectivo.

¿Cuán conscientes somos los cubanos de los desafíos que enfrentamos? ¿Estaremos a la altura de los cambios exigidos y tan necesarios para el porvenir? ¿Seremos capaces de incorporar el ideal histórico de la nación a cada generación, para así garantizar la perdurabilidad de nuestra cubanidad?

Preguntas y respuestas de quienes preocupados por los destinos del país dialogan, polemizan, critican o asienten desde cada hogar, la esquina de un barrio, las páginas de la prensa nacional o las ondas de las emisoras radiales.

El debate es hoy un ejercicio de soberanía popular con tantas ágoras en la nación como diversos son los criterios, inquietudes que forman parte del actual proceso de transformaciones y que lejos de dividirnos señalan el camino de un diálogo imprescindible para una Cuba Socialista a tono con el siglo XXI.

La flexibilizaciones para el trabajo por cuenta propia, la autorización de la compra-venta de vehículos automotores y viviendas, el reordenamiento laboral, la posibilidad del arrendamiento de locales para el establecimiento de peluquerías y barberías, la creación de la Contraloría General de la República, la entrega de tierras ociosas en usufructo, la venta de insumos agrícolas y de la construcción, son algunas de las recientes transformaciones en el país que buscan eliminar trabas, burocratismos e ilegalidades.

Sin embargo, los desafíos son inconmensurables porque ante cada paso surge un reto, un contratiempo que en las condiciones de Cuba se agrava por la existencia del Bloqueo Económico Comercial y Financiero, verdadera impedimenta para el desarrollo de la nación. Además, los obstáculos son aún mayores para un país que arrastra una estela de rezagos propios del Período Especial que no solo afectó la economía sino también la moral de la gente, fueron años en los que, como diría Buena Fe:

De cada cual según su trabajo

A cada cual según su picardía

Por ahora nos corresponde trabajar más, hacer posible un país mejor, donde el esfuerzo de cada ciudadano sea la premisa para el éxito, donde la prontitud de las respuestas a las inquietudes de la población sea la divisa en cada entidad y desterremos de una vez “la burocracia de psicología para poder distender los momentos.” Un país cuya manera cotidiana de hacer implique más disciplina y exigencia, en el cual la conciencia individual conforme el sustrato vivo de la identidad nacional, sin demagogia, indisciplina laboral, poco control o exigencia que den paso al despilfarro de los bienes estatales y del pueblo.

Todo ello es imprescindible para ser mejores y acercarnos, cada vez más, a ese modelo de hombre y de sociedad mejor que podemos ser; es un compromiso con la historia, sus héroes y con quienes desde otra geografía acompañan los destinos de Cuba.

Y así va esta Isla cargada de cubanos que “ve a sus sortilegios como privilegios. Y no se cuentan ni en años ni inviernos sino en sus hijos eternos.” Los mismos de los cuales la nación espera el compromiso y la entrega en esta hora de hornos.